
26 Jun Entrevista a Margarita Fernández, responsable de Acción Social de INDRA
Indra se autodefine como el socio tecnológico de sus clientes. ¿Cómo cree que puede ayudar la tecnología a frenar la despoblación en los núcleos rurales?
Como socio tecnológico, Indra puede desempeñar un papel crucial en el fortalecimiento de las zonas rurales. A través de nuestras soluciones digitales, colaboramos con empresas y Administraciones públicas en la mejora de su conectividad, en el incremento de su competitividad y en la mayor calidad de vida de sus habitantes, particularmente de los más vulnerables. La tecnología de Indra y su filial Minsait contribuye a fijar población, a atraer nuevas empresas y a prestar servicios públicos de manera más accesible, eficiente y sostenible y eso es algo de lo que nos sentimos particularmente orgullosos.
Por ejemplo, Iniciativas de turismo inteligente como Cáceres Patrimonio Inteligente, adjudicado por Red.es, es un ejemplo de cómo generar impacto positivo en la economía local gracias a la capacidad de la tecnología para personalizar la oferta de manera atractiva.
La Fundación España Habitar quiere conectar la RSC de las empresas comprometidas con el medio rural con actuaciones relevantes para generar un cambio positivo, en el que se disminuya la brecha entre lo rural y lo urbano ¿Por qué se ha vinculado Indra a la Fundación España Habitar?
Compartimos un enfoque común que se esfuerza por fomentar buenas prácticas a través del impulso y apoyo a diversas iniciativas sociales y comunitarias que ayuden llevar la transformación digital a cada rincón del país. Además, esta colaboración puede generar nuevas oportunidades para intercambiar conocimientos, tecnología y experiencia en áreas clave que contribuyan a reducir la brecha digital y mejorar la conectividad. El objetivo es trabajar conjuntamente para disminuir las disparidades entre comunidades y promover un avance más justo sin importar la capitalidad, la densidad de población o los niveles de ingresos.
Este camino en el que ahora nos cruzamos con una entidad tan afín, como es la Fundación España Habitar, ya lo hemos empezado a recorrer hace tiempo. Por ejemplo, en el capítulo de los servicios a la ciudadanía, Indra ha desplegado sus capacidades para contribuir a romper la brecha digital en zonas donde el envejecimiento de la población supone un desafío y una oportunidad para la tecnología.
Con dichos objetivos se han desarrollado proyectos como el desarrollado por Minsait y su propuesta para acercar la banca a las personas mayores. Esta iniciativa incluye las oficinas móviles digitales, que llevan los servicios financieros a las zonas aisladas que en los últimos años han visto desaparecer sus sucursales.
Asimismo, Minsait colabora con algunos gobiernos autonómicos para implantar un sistema de control teleasistido y proactivo para pacientes crónicos, mayores o personas dependientes, facilitando la detección temprana de posibles empeoramientos de salud y evitando desplazamientos innecesarios.
La sostenibilidad es un elemento fundamental para vosotros, ¿Cómo entiende Indra la sostenibilidad en su vertiente social?
La sostenibilidad es una prioridad ineludible en el contexto empresarial y un principio fundamental que guía todas nuestras acciones y decisiones como grupo. Más allá de querer minimizar impactos negativos, buscamos de forma activa crear valor positivo en las comunidades donde operamos. Nos comprometemos a través de proyectos centrados en la digitalización y dirigidos a diferentes sectores, como el de la salud, el de la educación, el de la justicia, el agroalimentario, el energético, el financiero, el industrial y el turístico. Estos proyectos no solo promueven la innovación, la inclusión social y el desarrollo económico sostenible, sino que también ayudan a preservar nuestro entorno natural.
En este sentido, vale la pena desatacar algunas de las actividades más señeras de la acción social de la compañía, como el centro ocupacional de agricultura ecológica en Amimet (Asociación de Personas con Discapacidad en la Ribera de Navarra), subvencionado por la lanzadera de emprendimiento Ventures4Inclusion de la que Indra forma parte, o la reforestación de los espacios verdes y la recuperación de las riberas de los ríos en zonas rurales.
Por otro lado, nuestra estrategia y cultura se construyen también desde el área de acción social, que promueve actividades de voluntariado entre nuestra plantilla. A modo de ejemplo me gustaría resaltar una iniciativa que pusimos en marcha conectando el activismo social y la conservación de la naturaleza. Siguiendo la conocida regla de las tres erres –reciclar, reutilizar y reducir– los voluntarios de Indra participaron en la plantación de más de 3.500 árboles y más de 1.500 plantas aromáticas y arbustivas. También han colaborado en la recogida de más de 100 metros cúbicos de residuos y madera, que ha servido para la construcción de más de 100 casas nido, casetas para perros y mesas picnic para el uso y disfrute de la población local y sus visitantes.
Impulsar el talento joven también es clave para Indra, ¿creéis que el medio rural alberga oportunidades para que este tipo de talento se desarrolle?
Sin duda. El avance tecnológico y la opción de trabajar de forma remota están creando oportunidades para que los jóvenes desarrollen sus carreras desde lugares alejados de los centros urbanos. Por lo tanto, invertir en talento en entornos rurales puede ser una estrategia eficaz para revitalizar estas comunidades y liberar todo su potencial. La distancia no es una barrera para una compañía de transformación digital como la nuestra y, gracias al teletrabajo, llegamos a todos los rincones en busca de las mejores capacidades y habilidades tecnológicas ofreciendo las mismas condiciones y ventajas profesionales.
¿Cuáles son los retos de la acción social de Indra?
Indra es una compañía que, como decía, ha situado la sostenibilidad en el centro de su estrategia y propósito empresarial. Esto incluye prácticas más responsables y sostenibles en todas sus operaciones y proyectos que fomenten la reducción de su huella ambiental, la promoción de la inclusión social y la diversidad, así como el fomento de la innovación para abordar desafíos sociales y medioambientales en todos los territorios. Trasladar estos principios al área que dirijo exige cultivar una cultura empresarial comprometida que fomente la participación activa de la plantilla en una estrategia orientada hacia un futuro más humano y más integrador. A ello nos dedicamos y, gracias a los miles de personas dispuestas a compartir su tiempo y su talento, también estamos llegando a las zonas rurales compartiendo experiencias y colaboración.