En los últimos años, hemos sido testigos de un fenómeno notable: un flujo constante de personas abandonando las bulliciosas calles de la ciudad en busca de la tranquilidad y la serenidad del campo. Este movimiento, conocido como el «éxodo urbano«, ha ganado impulso a medida que más y más urbanitas se sienten atraídos por las promesas que ofrece la vida en entornos rurales.

La respuesta principal es la calidad de vida. Un 29,4% de los encuestados mencionó este motivo como la razón principal de su mudanza. Esta cifra no solo es significativa entre aquellos que se han establecido en la edad adulta, sino que también es el motivo principal en general, con un 29,1% de todos los encuestados citándolo como factor determinante.

Pero ¿Quiénes son aquellos que están optando por esta transición hacia lo rural? Las cifras del estudio muestran que son las personas de edad intermedia las que lideran este movimiento. Un impresionante 48,3% de aquellos que se han establecido en el campo siendo ya adultos. Esta tendencia desafía algunas hipótesis de que el éxodo rural está impulsado principalmente por jubilados en busca de una vida tranquila.

Además, el Barómetro revela que el 93,5% de los encuestados afirmaron vivir en entornos rurales de forma voluntaria. Esto indica un deseo consciente de alejarse del estrés de la vida urbana en favor de más tranquilidad y conexión con la naturaleza.

Estas gráficas no solo son una representación de lo que atrae a tantos a la vida en el campo, sino que también son un recordatorio de la importancia de preservar y proteger estos entornos naturales para las generaciones futuras.